Portal del Àngel


"Minha asa está pronta para o voo
De bom grado voltaria atrás
Pois permanecesse eu também tempo vivo
Teria pouca sorte."
Gerhard Scholem, Salut de l'ange

Há um quadro de Klee intitulado Angelus Novus. Representa um anjo que parece preparar-se para se afastar de qualquer coisa que olha fixamente. Tem os olhos esbugalhados, a boca escancarada e as asas abertas.O anjo da história deve ter este aspecto. Voltou o rosto para o passado. A cadeia de factos que aparece diante dos nossos olhos é para ele uma catástrofe sem fim, que incessantemente acumula ruínas sobre ruínas e lhas lança aos pés.


Ele gostaria de parar para acordar os mortos e reconstituir, a partir dos seus fragmentos, aquilo que foi destruído. Mas do paraíso sopra um vendaval que se enrodilha nas suas asas, e que é tão forte que o anjo já as não consegue fechar. Este vendaval arrasta- o imparavelmente para o futuro, a que ele volta costas, enquanto o monte de ruínas à sua frente cresce até ao céu. Aquilo a que chamamos o progresso é este vendaval.» 

Walter Benjamin, Sobre o Conceito de História - Tese IX 




El Sicario de Stalin que tenia perros

Por Daniel Raventós
Editor de Sin Permiso, presidente de la Red Renta Básica y profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona. Es miembro del comité científico de ATTAC.
Fonte: Sinpermiso 31-01-2010

Leonardo Padura
Métete esto en la cabeza de una puta vez: tú no piensas, solo obedeces; tú no actúas, solo ejecutas; tú no decides, solo cumples; tú vas a ser mi mano en el cuello de este hijo de puta, y mi voz va a ser la del camarada Stalin, y Stalin piensa por todos nosotros. (p. 341)

Él ve a Rakovsky, hermano querido, quien, principesco, había ofrecido al movimiento revolucionario su enorme fortuna. Ve a Smirnov, brillante y alegre; a Murálov, el general de enormes mostachos, héroe del Ejército Rojo Ve a sus hijos Nina, Zina, Liova, a sus queridos Blumkin, Yoffe, Tujachevsky, Andreu Nin, Klement, Wolf. Todos muertos. Todos. L.D. está solo. (p. 361) 

Las profecías de Trostky acabaron cumpliéndose y la fábula futurista e imaginativa de Orwell en 1984 terminó convirtiéndose en una novela descarnadamente realista. Y nosotros sin saber nada ¿O es que no queríamos saber? (p. 488) 

La editorial Tusquets publicó en septiembre de 2009 la novela del cubano Leonardo Padura El hombre que amaba a los perros. Se trata de un largo libro de 573 páginas de apretada letra. Padura era hasta ahora conocido principalmente por sus relatos cuyo protagonista es el policía cubano Mario Conde. Este libro es sin duda su obra más ambiciosa.

Los protagonistas principales de El hombre que amaba a los perros son el dirigente de la revolución rusa León Trotski y el sicario estalinista Ramón Mercader, nacido en Barcelona y militante del PSUC. Ramón Mercader, por orden de Stalin, asesinó a Trotski en la calle Viena del barrio de Coyoacán en Ciudad de México el 21 de agosto de 1940, pronto hará 70 años. Otros personajes importantes en el libro, además de la compañera del exilado, Natalia Sedova, son la madre del sicario, Caridad Mercader, y su amante, un altísimo cargo de los servicios secretos estalinistas, Nahum Eitingon, que elige a un Ramón Mercader muy joven para convertirlo en un asesino al servicio de Stalin. En la novela no sale en ningún momento el verdadero nombre de Eitingon y sí muchos de los falsos que utilizó: Kotov y Tom, entre otros. 

Para escribir este libro Leonardo Padura ha afirmado que se documentó a fondo durante cinco años. Y el resultado es muy serio. En realidad, en El hombre que amaba a los perros hay tres novelas. Una está dedicada a los últimos años de la vida del revolucionario Lev Davidovich Bronstein (que ya de muy joven tomó el seudónimo de Trotski de un vigilante en jefe de una prisión zarista en la que estuvo preso en los inicios de su actividad política) desde su deportación a Alma Atá hasta su asesinato. Se trata de un período de 12 años, 1928-1940. La segunda y más larga, cuenta la vida de Ramón Mercader desde que tenía 22 años (nació en 1914) cuando es reclutado por Eitingon ("Kotov") cuando ya Stalin había decidido acabar con la vida del creador del Ejército Rojo, hasta su muerte. Esta parte abarca de 1936 a 1978. Y la tercera, que tiene como principal protagonista a Iván, un escritor cubano fracasado, es una parte que se desarrolla en La Habana y que sirve para enlazar, con mayor o menor fortuna, las dos anteriores. Es la parte, con mucho, menos conseguida. 

La historia es conocida. (Continua)





Hace 80 años: Los procesos de Moscú

Por Pierre Broué (1926-2005)
Historiador francês, professor da Universidade de Grenoble e fundador do Instituto Trotsky. Autor de Revolution Espagnole


Pierre Broué
(..) el 14 de agosto, un comunicado oficial anuncia el comienzo de lo que será la era de los “procesos de Moscú”. En agosto de 1936, en enero de 1937, en marzo de 1938, van a tener lugar en público idénticas escenas ante el colegio militar de la Corte suprema de la U.R.S.S.; acusados que habían sido compañeros y colaboradores de Lenin, fundador del Estado y del Partido, dirigentes revolucionarios mundialmente conocidos, cuyos simples nombres evocan aún, para ciertas personas, la epopeya revolucionarla de 1917, se acusan de los peores crímenes, se proclaman asesinos, saboteadores, traidores y espías, todos afirman su odio hacia Trotsky, vencido en la lucha abierta en el partido a raíz de la muerte de Lenin, todos cantan alabanzas a su vencedor, Stalin, el “jefe genial”, que “guía al país con mano firme”.

Poco después de la ejecución de los condenados del primer proceso, el socialista austríaco Otto Bauer escribe: “Es una enorme desgracia para el movimiento obrero internacional.” Otros, el contrario, se alegran. Charles Maurras, en L’Action Française, proclama que el gobierno francés ya no puede ignorar que los trotskistas están “a sueldo de Alemania”. El fascista italiano Messaggero afirma: “Stalin tenía razón. Lo que sus adversarios consideraban como traiciones no eran más que concesiones, tan inevitables como necesarias, a la lógica.” Le alaba el haber restaurado “una economía que tiene en cuenta al individuo, una escala de valores, una tradición nacional”. La prensa de los emigrados rusos blancos se muestra satisfecha, y el fascista belga Léon Degrelle ataca al “judío Trotsky” en los siguientes términos: “No vería ningún inconveniente en que se le clavara entre los omóplatos un puñal de treinta centímetros a este hebreo con las patas manchadas de sangre de miles de obreros rusos.” Todos los partidos comunistas del mundo, todas las secciones de la Internacional Comunista, siguen el ejemplo del fiscal y de la prensa rusa. En la prensa comunista y simpatizante, los intelectuales compañeros de viaje toman también posición a favor de una verdadera campaña de terrorismo intelectual contra los que dudan, a los que acusan de convertirse en “abogados de Hitler y de la Gestapo”, al defender a Trotsky y a sus cómplices.

La causa abierta ante el tribunal de Moscú trasciende rápidamente al movimiento obrero y socialista.

Las voces de los defensores de los acusados, militantes socialistas o sindicalistas, escritores independientes, las de Trotsky, Modigliani, Víctor Serge, Carlo Tresca, Rosmer, Dewey, pronto serán ahogadas. De un proceso a otro, la gente parece acostumbrarse a lo inverosímil e incluso a lo sórdido, renuncia a hacerse preguntas y a veces a comprender. Los procesos no provocan ninguna crisis de conciencia en el movimiento obrero que, pocos años antes, se levantaba en defensa de Sacco y Vanzetti: los dirigentes comunistas se dedican a evitarlo, y los socialistas que no siguen el ejemplo se sirven de los procesos para intentar justificar lo que sin duda su propia política tiene de más criticable. Trotsky, refugiado en Méjico después de haber errado de un país a otro, envía a la prensa preguntas, declaraciones, testimonios, una auténtica suma, de la que sólo se publicará una pequeña parte. Pero el mundo tiene puesta su atención en otros lugares. Desde hace años, los obreros europeos están pendientes de Alemania, donde el triunfo del movimiento nazi de Adolf Hitler conduce a la destrucción del movimiento socialista y sindical, al reinado de una barbarie que algunas ilusiones reformistas habían creído desterrada para siempre de los “países civilizados” Mientras se desarrollan los dos primeros procesos, las miradas están fijas, desde hace semanas y meses, en el cerco de Madrid.

¿Qué les importa a muchos hombres de buena fe y escasa visión que algunos acusados que se proclaman culpables públicamente –“Si son inocentes, ¿quién les impide decirlo?”- sean fusilados en Moscú?

Stalin suministra a la República española las armas que le hacen falta. ¿Qué importa que su GPU acose allí a los revolucionarios, extranjeros o españoles, trotskistas, libertarios o comunistas independientes?: el frente está en España. Georges Dimitrov, dirigente de la Internacional Comunista, resume en lenguaje de fiscal los lugares comunes puestos en circulación por los que saben o dudan, pero callan o gritan en vano.

Qué importa que pronto se haga evidente que la empresa stalinista es la contrapartida de toda ayuda y el reverso de la medalla. Qué importa que Stalin sólo conceda su ayuda con cuentagotas y abandone a su suerte a los combatientes españoles. Qué importa que los hombres que han encarnado en España el apoyo de la U.R.S.S., los Koltsov, Rosenberg, Stachevski, Antonov-Ovseenko, Goriev, sean llamados y fusilados en silencio, como si la “ayuda” a España hubiese sido una mala empresa que es preciso disimular. Pocos son los que lo saben. Menos aún los que lo dicen; y a éstos, por otra parte, no se les hace el menor caso. La guerra oculta el auténtico conocimiento de todos los actos que la han precipitado y hecho inevitable. Lo destruye todo. Los viejos bolcheviques de Moscú están bien muertos. (Continua)






El asesinato de Andreu Nin, más datos para la polémica

Por Pelai Pagès i Blanch
Profesor de la Universitat de Barcelona. Artículo publicado en “Ebre 38. Revista Internacional sobre la guerra civil”, nº 4, 2010 
Fonte: http://www.fundanin.org/pages5.htm (Fundación Andreu Nin)

Setenta y dos años después –desde junio de 1937-  el asesinato de Andreu Nin, el teórico y dirigente marxista, líder del Partido Obrero de Unificación Marxista,  sigue siendo el centro de una polémica, que se extiende mucho más allá de su interés historiográfico. Es cierto que en su día, en plena guerra civil, su “desaparición” tuvo lecturas contrapuestas: mientras para los militantes de su partido había pocas dudas de que había sido asesinato por agentes stalinistas, el Partido Comunista, siguiendo la versión oficialista elaborada desde Moscú, lo presentaba como un dirigente de la quinta columna, al servicio del fascismo internacional, que había huido a “Salamanca o a Berlín”.  Por su parte, para la mayoría de la clase política había pocas dudas sobre el destino de Nin.

Andreu Nin

Más de setenta años después la polémica volvió a saltar cuando a principios de mayo de 2008 el diario “ABC” de Madrid publicó la noticia del hallazgo de una fosa común del período de la guerra civil, en Alcalá de Henares, con cinco cadáveres, entre los cuales presumiblemente podrían encontrarse los restos de Nin. La noticia, entre otros aspectos, destacaba: “El hecho adquiere una mayor trascendencia por el espeso silencio oficial que ha rodeado el hallazgo, ya que la supuesta fosa ha sido descubierta durante unas obras en un acuartelamiento de la Brigada Paracaidista (Bripac). Un silencio aún más chocante si se considera que el lugar está vinculado a la desaparición de Andreu Nin, líder del POUM, asesinado por agentes de Stalin ante la pasividad del Gobierno republicano” (1). Durante varias semanas el periódico siguió publicando más aspectos relacionados con el tema, recogiendo testimonios de familiares de Nin, acusando al gobierno de haber querido esconder la noticia, al tiempo que se hacía eco de ella la mayoría de la prensa del conjunto del estado español.

En octubre del mismo año Joaquín Leguina –quien fuera en 1992 presidente de la Comunidad de Madrid- y Lorenzo Hernández publicaron un artículo en la revista mensual Claves de razón práctica, bajo el título "Andreu Nin. Muerto sin sepultura", donde relataban las gestiones que llevaron a cabo en 1993 con objetivo de buscar los restos de Nin (2) . Este artículo fue replicado por Juan Cobo, citado en el trabajo anterior, y cuyos servicios había requerido Leguina para participar en las gestiones a fin de encontrar los restos de Nin. La réplica, bajo el título de  “Danzas macabras en torno a Andreu Nin” , fue escrita en diciembre de 2008, aunque hasta ahora ha permanecido inédita.


De hecho el artículo y las gestiones que llevó a cabo Joaquín Leguina desde la presidencia de Madrid no se explican sin la importancia que en su día tuvo el documental de investigación “Operació Nikolai”, dirigido por Dolors Genovès, y que fue realizado y emitido en 1992  por la Televisión catalana. En él, a partir de la documentación hallada en los archivos de Moscú –de la antigua Tercera Internacional, pero también de la policía política NKVD- se esclarecía de manera definitiva la autoría y las complicidades soviéticas acerca del asesinato de Andreu Nin. De hecho el documental venía a corroborar una antigua hipótesis que se venía barajando -y que para muchos no tenía duda- desde la misma guerra civil. 


Pero, desde entonces –aunque casi nadie haya discutido abiertamente la autoría soviética- sí que ha habido historiadores que han tendido a justificar la represión sufrida por el POUM durante la guerra. Es el caso, por ejemplo, de Antonio Elorza y, más recientemente, el de Ángel Viñas, si olvidar algún historiador extranjero, como el alemán Frank Schauff o la británica Helen Graham, que en este caso relativiza la participación soviética. El asesinato de Andreu Nin, pues, lejos de ser un tema cerrado, sigue generando discusiones entre los historiadores e incluso hay aspectos concretos –cuando, donde y por quien fue asesinado, el sitio exacto donde fue enterrado- que aún no han sido esclarecidos.


Las hipótesis durante la guerra (Continua)





El misterio de José Robles

Por Ignacio Martínez de Pison
Ignacio Martínez de Pisón, escritor, autor de 'Enterrar a los muertos', Seix Barral 2005
Fonte: El País online, 6 de fevereiro de 2005



Ésta es la oscura historia de la desaparición durante la Guerra Civil de José Robles, amigo y traductor del escritor norteamericano John Dos Passos, que amaba visitar España. La ejecución provocó un vuelco en Dos Passos: se alejó de Hemingway y del comunismo.

(..) Ayala recoge el rumor según el cual a Robles lo habían matado debido a que "algún comentario hecho por él al descuido en la tertulia del café dejó traslucir una noticia, por lo demás anodina, que sólo a través de un cable cifrado podía haberse conocido". Dos Passos nunca dio credibilidad a esa hipótesis, pero es cierto que su amigo era un "hombre que sabía demasiado".

La reciente desclasificación de los archivos de Moscú ha revelado que los planes de la URSS para aplastar a las otras fuerzas revolucionarias (la CNT y el POUM) están documentados desde el comienzo de la colaboración rusa con la República, y existe, por ejemplo, un informe del propio Vladímir Gorev en el que se dice que "una lucha contra los anarquistas resulta absolutamente inevitable". Robles tenía por fuerza que conocer esos planes. Eso, unido a su condición de no comunista, bastaba para hacerle sospechoso a ojos de los servicios secretos soviéticos. Que hubiera cometido o no alguna indiscreción en el Ideal Room podía resultar irrelevante, y Dos Passos se marchó de España con una certidumbre: a Robles no lo habían asesinado porque hubiera hablado, sino para que no hablara.

El 'caso Robles' provocó en Dos Passos un viraje ideológico que sería ya definitivo. Su repentino anticomunismo le alejaría además de muchos de los que hasta entonces habían sido sus amigos, y especialmente de Hemingway. El enfrentamiento entre ambos novelistas a propósito de la Guerra Civil no tardó en desplazarse a sus escritos, y puede decirse que se mantendría en ese ámbito durante el resto de sus vidas. (Continua)






El caso Kurt Landau

Por Pepe Gutierrez
Pepe Gutierrez é militante da organização Anticapitalista-Revolta Global, membro do Conselho Editorial da revista Viento Sur e da Fundação Andreu Nin 
Fonte: Blog El bolchevique andaluz, 21-06-2016

El caso

Joven socialista internacionalista, uno de los fundadores del PC austríaco, Kurt Landau fue detenido por agentes estalinistas en el barrio del Guinardó de Barcelona, y nunca más se supo de él.

Digamos cuatro cosas sobre su perfil: Kurt Landau (Viena, 1903-Barcelona, 1937) empezó con un oficio un poco original, domador de leones en un circo. Miembro del PC austriaco en 1921, secretario del distrito de Viena y posesionado a favor de las tendencias izquierdistas dentro de la IC. 

Responsable de la agitación y la pro­paganda en 1925, redactor del Die Rote Fahne de la capital austriaca, tiene encuentro con Víctor Serge y se aproxima a las ideas de la Oposición de izquierda de la URSS. Rompe con Frey en 1928 y crea su propia organización de oposición. Se traslada a Berlín y juega un papel muy importante en la formación de la Oposición de izquierda unificada en Alemania. Forma parte del primer Buró Internacional de la 0posición llamada trotskista. Sin embargo, como del producto de los conflictos internos grupo alemán, se distancia de Trots­ky cuando y de la Oposición de izquierda y crea su grupo propio. Cuando Trotsky rompe con el Komintern, Landau mantiene la bandera la reforma y con la perspectiva de un "nuevo Zimmervald". A partir de 1934 vuelve a trabajar en secreto con la Oposición surgida en el interior del PCF y colabora en su revista, Que Faire? Será de los primeros voluntarios internacionales en llegar a Barcelona en 1936 destacado comunista austriaco, oposicionista y militante del POUM.

Sus controversias con Trotsky resultan bastante duras, las propias de la época y de los personajes, aunque Kurt murió por “trotskista”, como militante del POUM.

Escribe desde las páginas de La Batalla, con los pseudónimos de Wolf Bertram (este nombre excitado al revés por el fiscal en el interrogatorio de Adroher) y Spectator, escribirá también el folleto La revolución española de 1936 y la revolución alemana de 1917-1918, editada por la Editorial Marxista, del POUM). Nombrado responsable para los contactos internacionales del POUM, trabajando de instructor político y de organizador de los voluntarios internacionales. Escondido en el Guinardó (en la misma casa en la que oficialmente se fundó el POUM), tras la prohibición del POUM en junio de 1937, no tomó muy en cuenta las advertencias de sus amigos (entre ellos Agustín Souchy), y fue secuestrado el 23 de septiembre en la casa de Francesc del Cabo y Carlota Durany –la misma en la que se fundó el POUM-, fue asesinado poco más tarde por agentes soviéticos.

Katia Landau describe como sigue su caso: (Continua)






Barcelona Entre Restos e Silêncios - a persistência da desmemória

Por Elisa Amorim Vieira
Doutora em Língua Espanhola e Literaturas Hispânicas, Professora adjunta II da FALE/UFMG

RESUMO
O objetivo deste artigo é analisar o processo sistemático de apagamento dos vestígios das memórias que se remetem aos movimentos de revolução política e social na Espanha dos anos 1930, particularmente aos acontecimentos que tiveram lugar em Barcelona entre julho de 1936 e maio de 1937. Para observar como tal processo é realizado pelos meios de comunicação espanhóis, em especial pela Televisión Española, contrapomos os relatos do escritor inglês George Orwell, testemunha dos conflitos que cercam a Barcelona revolucionária, à narrativa da série de documentários intitulada España en Guerra (1936-39), produzida pela TVE, em 1986.

PALAVRAS-CHAVE
Barcelona revolucionária, desmemória, documentários
Muchas cosas han desaparecido, pero cuando alguien quiere que la memoria perdure, la memoria está ahí, no tiene más que preguntar. Tengo 62 años, es la primera vez que hablo, es la primera vez que me preguntan.Teresa Martín
Nas páginas iniciais de A memória coletiva, Maurice Halbwachs afirma que sempre levamos conosco determinadas lembranças e certa quantidade de pessoas que não se confundem.2 Para demonstrar sua asseveração, comenta uma suposta viagem a Londres e a maneira como diferentes companheiros apresentam-lhe a cidade: um arquiteto chama sua atenção para as edificações; um historiador, para fatos acontecidos em determinada rua; um pintor para matizes, linhas e jogos de luz e sombra espalhados pelos recantos; enquanto um comerciante o levará para as movimentadas ruas do centro, onde se concentra o comércio da cidade. Supondo, no entanto, que seu passeio seja solitário, questiona se guardará apenas lembranças individuais do trajeto. Pensa, então, nas palavras de um amigo historiador, nas observações de um pintor ou nos romances de Dickens que lera na infância. Por fim, conclui que apenas em aparência passeara sozinho por Londres.

O viajante estrangeiro que tendo lido Homage to Catalonia, de George Orwell, aportasse na Barcelona da década de 1990, antes ou depois das Olimpíadas de 1992, percorreria suas ruas, praças e avenidas em busca de algum vestígio dos relatos do escritor inglês que, em dezembro de 1936, chegara a Barcelona e fascinara-se com a visão da cidade tomada pelos trabalhadores. Tal como Halbwachs, esse estrangeiro não viajava sozinho, trazia consigo as palavras e imagens que o outro forjara na sua experiência da guerra e da revolução. A dificuldade em encontrar os vestígios daquelas imagens prolonga-se até os dias atuais e é preciso utilizar métodos de paleontólogo para reavê-las, seja na estrutura física da cidade, nas palavras dos últimos sobreviventes da guerra civil, em fotografias ou em relatos literários e cinematográficos. Em contraste com a insistência de Orwell em referir-se àquela Barcelona dos primeiros meses da guerra civil, o suposto viajante se depara com um silêncio persistente e tem de concentrar-se na captura e observação dos vestígios de um período historicamente incômodo. Nos setenta e dois anos que nos separam dos acontecimentos presenciados por Orwell, muito se perdeu, porém ainda há vozes como as de Teresa Martín ou imagens recuperadas de arquivos que nos permitem eludir o cerco da desmemória. O objetivo deste artigo, no entanto, não é propriamente a recuperação dos testemunhos silenciados ou das imagens perdidas, mas sim uma tentativa de explicitar mecanismos usados ainda hoje para segregar determinadas memórias coletivas. (Continua)





Alberto Besouchet, fuzilado pelos republicanos na Espanha

Por Angela Mendes de Almeida 
Historiadora e coordenadora do site Observatório das Violências Policiais  
Fonte: Correio da Cidadania, 21 de Outubro de 2014

Por generosa iniciativa do deputado Adriano Diogo, a Comissão Estadual da Verdade realizou, em 24 de setembro, uma audiência pública para homenagear todos os combatentes brasileiros (1) na Guerra Civil Espanhola, em especial David Capistrano e Apolônio de Carvalho. Com isso, estabeleceu um laço de solidariedade entre a militância dos anos 1930 e a resistência à ditadura, quarenta anos depois.

Estava presente a filha de Capistrano, Carolina, que trouxe lembranças muito vívidas a respeito dos comentários de seu pai sobre sua participação na guerra e também sobre como ele, apesar de ações militares ousadas e corajosas, guardou para sempre um sentimento de rejeição à brutalidade de qualquer guerra. Isso teria sido um dos fatores a levá-lo a aceitar a linha chamada de “convivência pacífica”, adotada pelos partidos comunistas depois de 1956.

Como resistência ao fascismo franquista tem tudo a ver com a resistência à ditadura, lembrou ela a morte trágica de David Capistrano. Enquanto militante do PCB, voltava ao Brasil em 1974 e seria recebido pelo militante José Maçon na fronteira, em Uruguaiana. Desapareceram os dois. Sabe-se hoje que eles foram levados para a prisão clandestina conhecida como Casa de Petrópolis, onde tiveram o fim trágico dos torturados até a morte e esquartejados.

Apolônio de Carvalho, que, depois de participar da Guerra Civil Espanhola, integrou-se à Resistência francesa à ocupação dos nazistas durante a Segunda Guerra Mundial, teve a sorte de sobreviver e deixou suas lembranças em Vale a pena sonhar (2), um manancial de informações sobre um largo período da história do Brasil.

Como se tratava de história e de verdade, tive a oportunidade de falar, na audiência, sobre o caso pouco conhecido de Alberto Bomilcar Besouchet, militante comunista que lutou na Espanha, mas que foi fuzilado pelos próprios republicanos. O que significava enveredar por uma história não linear e maniqueísta, abordar, na luta heroica, suas contradições e aberrações, retraçar a linha que levou do pensamento único à repressão policial.

O deputado Adriano Diogo deu provas, nesta ocasião como em outras, que na coordenação da Comissão Estadual da Verdade norteou sempre as atividades com isenção da concepção de pensamento único, que seu esforço pelo restabelecimento da verdade histórica incluiu sempre as várias vertentes que lutaram contra o regime militar.

O cenário mundial (Continua)





A construção da memória em documentários da Guerra Civil Espanhola

Por Elisa Amorim Vieira (UFMG)
Doutora em Língua Espanhola e Literaturas Hispânicas, Professora adjunta II da FALE/UFMG
Fonte: Anais do V Congresso Brasileiro de Hispanistas, setembro de 2008, Belo Horizonte. 
http://www.letras.ufmg.br/espanhol/Anais/anais_paginas_%20503-1004/A%20constru%E7%E3o%20da%20mem%F3ria.pdf
  
Ao longo da última década, a Guerra Civil Espanhola tem sido tema de um grande número de artigos jornalísticos na imprensa espanhola, trabalhos de pesquisa acadêmica, relatos literários, filmes de ficção e, especialmente, de séries de documentários feitos para a televisão espanhola. Como afirma Ana Luengo em La encrucijada de la memoria, os sessenta anos do final do conflito, celebrados num momento em que a democracia já se consolidara na Espanha, estimulava uma espécie de recuperação do passado recente por parte dos meios de comunicação. A profusão de obras e de discursos que propugnam esse trabalho de rememoração coletiva cria, por sua vez, a necessidade da reflexão acerca das imbricações e cruzamentos entre o “real” e a ficção tanto no texto literário quanto na produção audiovisual.

Márcio Seligman-Silva, ao referir-se à obra de Jorge Semprún, sobreviventedo Holocausto, observa que o escritor madrilense insiste na necessidade do registro ficcional para a apresentação da experiência vivida no campo de concentração. Assim como outros sobreviventes, Semprún sabe que o que e scapa à verossimilhança exige uma reformulação artística para tornar-se comunicável. No entanto, quando se trata de fatos traumáticos a dificuldade está, por um lado, na impossibilidade da apresentação pura e simples das imagens e, por outro, na simbolização do “real”. Se o que busca a literatura de testemunho é a passagem do “real” para a literatura, o “real”, por sua vez,

resiste à simbolização. Como narrar a história de uma catástrofe através de imagens “autênticas”, “reais”? As discussões que envolvem a literatura de testemunho nos levam à reflexão sobre o chamado “cinema não ficcional” e à necessidade que este demonstra de resgatar a experiência pessoal na reconstrução da memória coletiva.

Considerando as reflexões de Walter Benjamin acerca da necessidade de uma nova historiografia baseada no trabalho da memória pessoal, assim como suas observações sobre o papel da imagem fotográfica e cinematográfica na mudança de percepção do mundo, pretendo observar as estratégias de construção da memória coletiva em torno à Guerra Civil Espanhola no chamado “cinema de montagem” ou “cinema não ficcional”. Para isso, farei algumas observações sobre os documentários Morir en Madrid (1963), de Frédéric Rossif, y El sueño derrotado (2004), de Jaume Serra e Daniel Serra. Escolhas estéticas e ideológicas, assim como a distância temporal existente entre os dois filmes — e de cada um deles com relação à guerra — certamente são fatores que interferem na forma como utilizam os materiais de arquivo, na combinação desses materiais com outros elementos cinematográficos, na inserção de vozes e imagens de sobreviventes e, por fim, nas suas estruturas narrativas e nopossível processo de ficcionalização dos fatos históricos. (Continua)






Ficção e verdade na Guerra de Espanha: o redescobrimento da história

Por Enric Mompó
Historiador e pesquisador Doutor da pós-graduação em História da Universidade de Barcelona 
Fonte: Revista Olho da História no. 1 
http://www.oolhodahistoria.ufba.br/01ficcao.html


Reflexões e comentários sobre o filme Terra e liberdade (1995), dirigido por Ken Loach

A história tem sido sempre escrita pelos vencedores. Esta realidade se configura como um dos obstáculos enfrenta dos pelo historiador que se debruça no estudo da Guerra Civil Espanhola, devido à grande quantidade de mitos e deformações que vêm sendo veiculados sobre o tema. A historiografia oficial, ou seja, a institucional, apresenta-nos o conflito que assolou o território espanhol durante três anos como uma simples disputa de poder entre as forças da democracia e do fascismo, fechando os olhos para o processo revolucionário que ocorreu no interior do movimento. Com freqüência, exalta seu caráter antifascista, visando ocultar a existência de dois projetos sociais e políticos diferenciados e claramente antagônicos: o dos que pretendiam que a revolução chegasse às últimas conseqüências e o dos que defendiam, a todo custo, a restauração da velha República. Esses dois projetos se enfrentaram, muitas vezes de forma sangrenta, e definiram, em grande medida, com o resultado de suas lutas, o destino da guerra civil. Muitos livros, procedentes de testemunhos, já foram escritos sobre a Revolução Espanhola. No entanto, a maior parte destes trabalhos — quando não coincidem com a versão oficial — vêm sendo discretamente marginalizados. Apenas alguns historiadores de envergadura, a exemplo de Pierre Broué e Emile Temime, dispensaram o devido valor e atenção a esses fatos, escrevendo obras que se converteram em verdadeiros clássicos do gênero.

O diretor de cinema inglês Ken Loach, através da película intitulada Terra e Liberdade, conseguiu, com recursos muito limitados, fazer chegar ao grande público uma parte dessa história maldita. A estréia de Terra e Liberdade nas telas de cinema espanholas provocou uma intensa e apaixonada polêmica em torno do tema da Guerra Civil, demonstrando que, apesar dos quase sessenta anos transcorridos, o espectro do movimento ainda se faz presente no país. Com este filme, Loach resgatou a história daqueles milhares de homens e mulheres, espanhóis e estrangeiros, que lutaram e morreram, não apenas no combate contra o fascismo, mas também visando a construção de uma sociedade mais justa e igualitária. Sem dúvida, o diretor foi muito além de uma homenagem histórica, oferecendo-nos uma mensagem de esperança, muito significativa nos tempos confusos que hoje vivemos. O público, surpreso, assiste e descobre uma das páginas mais intensas da história da Espanha e que não consta em grande parte da historiografia espanhola.

Terra e Liberdade não aborda toda a história da Guerra Civil Espanhola. O filme se concentra na ação de alguns personagens — combatentes do Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) — e no processo de decadência e, finalmente, da trágica derrota do movimento revolucionário. Por isso, o filme acaba, de certa forma, superdimensionando o papel histórico do pequeno POUM e, ao mesmo tempo, fazendo apenas referência às grandes organizações operárias, socialistas e anarco-sindicalistas atuantes na Espanha naquele momento.

Para a realização do filme, Loach inspirou-se na obra de George Orwell e nas recordações de um de seus amigos e companheiros de armas, Stafford Cottman. Os dois foram enviados à Espanha pelo Partido Trabalhista Independente da Inglaterra e combateram nas milícias do POUM, na frente de Aragão. Ambos conseguiram escapar da perseguição stalinista, depois dos combates em Barcelona, em maio de 1937, quando a Revolução Espanhola já havia sido liquidada.

Terra e Liberdade conta a história de Dave, jovem britânico, que, sem emprego, decide ir para a Espanha lutar contra as forças fascistas. Dave abandona seu país convencido de que o que está em jogo na Espanha não é apenas o destino de um país, mas a liberdade e a democracia mundiais, ameaçadas pela ascensão de regimes fascistas na Europa. Como militante comunista, ele acaba se incorporando, por acaso, nas milícias do POUM. A história do filme mostra também a sua trajetória durante a Guerra e suas transformações político-ideológicas que não se farão sem resistências e vacilações. Sem dúvida, a solidariedade, representada, nesse caso, no exemplo de Dave, é uma das mensagens repetidas ao longo do filme.  (Continua)





O “caso Besouchet” ou o lado brasileiro dos “Processos de Moscou” pelo mundo

Por Dainis Karepovs 
Mestre e Doutor em História pela Universidade de São Paulo (USP) e pesquisador-colaborador do Departamento de História do Instituto de Filosofia e Ciências Humanas da Universidade Estadual de Campinas. 
Publicado em O olho da história Ano 12, n. 9, dezembro de 2006 
http://oolhodahistoria.org/artigos/ESPANHA-o%20caso%20besouchet-dainis%20karepov.pdf

A exibição, nos cinemas brasileiros, do filme Terra e Liberdade, dirigido por Ken Loach, fez com que o sexagésimo aniversário do início da Guerra Civil Espanhola não passasse em brancas nuvens em terras brasileiras. Buscando inspiração nos relatos de George Orwell (que também lutou na Espanha), o cineasta enfocou, através de um voluntário inglês, David, membro do Partido Comunista da Grã-Bretanha, a Guerra Civil do ponto de vista de uma das correntes da esquerda espanhola, a do Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), em cujas milícias se alistou. Esta abordagem de Loach, por sua vez, trouxe novamente à tona os elementos negativos da atuação do Partido Comunista Espanhol, da Internacional Comunista e da União Soviética, que viram na guerra civil espanhola, como afirmou Fernando Claudín, uma “revolução inoportuna”. Há dez anos atrás, no entanto, um dos brasileiros que lutou na Espanha, Dinarco Reis, classificava este tipo de enfoque como “histórias que têm sido contadas, naturalmente, por anarquistas, por socialistas e por trotskistas, gente que não sabe da história mas gosta de elaborar lendas, não estão baseadas em provas” (Folha de S.Paulo, 13/07/1986:18) 

Uma das questões aludidas em Terra e Liberdade é a da criação de um Estado dentro do Estado pelo aparato repressive sob controle dos comunistas. Este processo de ocupação do aparelho de Estado foi de certo modo resultado da combinação do apoio militar soviético ao Governo Republicano e da necessidade da passagem da organização espontânea das colunas de combate para formas tradicionais de organização militar para fazer frente às tropas franquistas. A assunção ao aparelho de Estado pelos comunistas tem, no entanto, sua missão facilitada por um episódio da conjuntura política: os incidentes ocorridos em Barcelona em meados de 1937, as “jornadas de maio”, também focalizadas pelo filme de Loach, e que foram classificadas como “a agonia final da Revolução” (BROUÉ, 1992:99). Após os episódios de Barcelona, quando ali se enfrentaram de armas nas mãos poumistas e anarquistas contra comunistas, estes acusaram aqueles de liderarem um “complô fascista” e prenderam seus líderes e dissolveram suas colunas militares, além de intentarem um fracassado processo contra o POUM. É justamente a partir de então, com o afastamento do governo dos socialistas ligados a Largo Caballero e dos anarquistas da Confederación Nacional del Trabajo, que começa uma brutal repressão contra os “inimigos internos” da Revolução.
 
Pouco antes, praticamente no mesmo momento em que se iniciava a guerra civil, na União Soviética iniciaram-se os chamados “Processos de Moscou”. (Continua)






Un texte inédit de Pierre Broué: sa soutenance de thèse

Por Vincent Présumey (Introduction, notes et commentaire) 
Alencontre, 30 avril 2013 
Introduction.

Le document ci-dessous est un texte de Pierre Broué, principal historien de Trotsky (voir son Trotsky, Fayard, 1998) et auteur de nombreux travaux sur les révolutions du vingtième siècle (Allemagne, Russie, Espagne …), lui-même militant trotskyste de 1944 à sa mort, longtemps dans les rangs du Parti Communiste Internationaliste devenu par la suite  «groupe La Vérité» (dit « groupe Lambert) puis Organisation Communiste Internationaliste (OCI), par la suite principale composante du Mouvement Pour un Parti des Travailleurs devenu depuis Parti des Travailleurs puis Parti Ouvrier Indépendant, courant dont il fut un dirigeant et dont il fut exclu en 1989.

Pierre Broué
J’ignore si ce texte existait, avant sa reproduction ici, dans d’autres fonds d’archives. Il se trouvait dans l’exemplaire personnel du principal livre de Pierre Broué, La révolution allemande, paru en 1971 aux Editions de Minuit, exemplaire qu’il lui prit un jour idée de me donner, à la fin des années 1980. C’est un feuillet de 8 pages, en mauvais état, inséré dans le revers de la couverture, tapées à l’encre rouge sur une machine à écrire, qui donne le compte rendu de sa soutenance de thèse sur ce même ouvrage, le 19 novembre 1971.

Ce texte comporte trois parties:

• un résumé de la soutenance de son travail par l’auteur devant le jury : cette première partie est une version abrégée de cette même soutenance rédigée, qui sera publiée dans la revue Le Mouvement social, n° 84 de juillet-septembre 1973;
• les interventions de chacun des 6 membres de ce jury;
• une synthèse des réponses de P. Broué.

Il est adressé à un «collègue» que je n’ai pas identifié. Ce serait donc le double d’un compte rendu à ce collègue n’ayant pu assister à la soutenance de thèse.

Le jury était présidé par Annie Kriegel, professeur à Nanterre, ex-dirigeante des Jeunesses communistes et du PCF particulièrement virulente à l’époque stalinienne (elle avait notamment conduit l’agression physique d’un meeting de défense de la Yougoslavie de Tito, en 1949, où se trouvait le jeune P. Broué), ayant ensuite quitté le PCF, elle est passée à droite, une droite «gaulliste» dure. Au plan universitaire, après une thèse reconnue sur les origines du PCF [Histoire du mouvement ouvrier français, 1914-1920, aux origines du communisme français, 2 vol, 1964] — qui a fait progresser la recherche surtout par les polémiques et travaux qu’elle a suscités – A. Kriegel est à l’origine d’une grande partie de la doxa dominante en matière d’«histoire du communisme» tel que l’illustrera plus tard le Livre Noir. Elle a fondé en 1982 la revue Communisme avec son futur maître d‘œuvre, Stéphane Courtois. Le rapporteur de la thèse de Broué était Henri Lefebvre, lui aussi ancien du PCF dont il fut exclu en 1958, grande figure du «marxisme universitaire » ou «marxisme occidental», théoricien de la «critique de la vie quotidienne» et de la condition urbaine, alors professeur de sociologie à Nanterre. 

Les autres membres du jury étaient: Jacques Droz, alors président du jury de l’agrégation d’Histoire, le plus éminent historien de l’Allemagne en France à cette époque et durant l’ensemble de la seconde partie du vingtième siècle, ayant travaillé notamment sur la social-démocratie allemande; Alfred Grosser, professeur à Sciences Po et germaniste, autre figure dominante des études allemandes en France, dans l’esprit des débuts de ce qu’il est convenu d’appeler la «construction européenne»; Pierre Naville, ancien surréaliste et militant trotskyste avant la seconde guerre mondiale, ayant connu Trotsky, par la suite important sociologue, ayant appartenu au PSU (Parti Socialiste Unifié) dans les années 1960, alors directeur de recherche au CNRS; et Pierre Guillen, professeur d’Histoire contemporaine à Grenoble, spécialiste des relations internationales. 

Un jury, on le voit, tout à fait exceptionnel et des plus redoutable. Ceci suffirait à expliquer l’intérêt des notes prises à chaud par Pierre Broué qui eut à l’affronter. L’obtention de sa thèse était acquise à l’avance et elle paraissait sous forme de livre alors même que se déroula la soutenance: il n’y avait donc plus d’enjeu de titre universitaire ou de publication lors de celle-ci, ce qui permit d’autant plus aux problèmes politiques et historiques posés à cet aréopage parfaitement représentatif, dans sa diversité, de ce que l’Université française avait produit dans les études sur l’Allemagne contemporaine, de se manifester. 

J’ignore, je le répète, à quel «collègue» ces pages étaient adressées, et je dois dire que je doute même un tout petit peu de son existence car elles sont réellement très personnelles, ce qui en renforce l’intérêt. Le confirment les abréviations, le style, tout en restant dans la forme universitaire qui gomme un peu les aspérités (que leur auteur, comme responsable politique, connaissait très bien). Très probablement ont-elles été rédigées sinon le soir même, du moins très peu de temps après la soutenance de cette thèse qui constitue l’œuvre centrale et décisive de Pierre Broué. 

La ponctuation, les abréviations et les écarts de paragraphes de l’original ont été respectés, même quand elles entraînaient des incorrections légères. Seules les rares coquilles ou fautes évidentes ont été corrigées. (V.P) (Continua)